Síguenos
Luis Bruñén, coleccionista de indumentaria tradicional aragonesa: “No hay un traje que defina a todo Aragón, el clima y el tipo de trabajo hace que difieran mucho” Luis Bruñén, coleccionista de indumentaria tradicional aragonesa: “No hay un traje que defina a todo Aragón, el clima y el tipo de trabajo hace que difieran mucho”
Luis Bruñén, vestido con uno de sus trajes regionales justo antes del desfile que tuvo lugar el 23 de abril en Calamocha

Luis Bruñén, coleccionista de indumentaria tradicional aragonesa: “No hay un traje que defina a todo Aragón, el clima y el tipo de trabajo hace que difieran mucho”

“Nuestros antepasados no se cambiaban tanto como hoy en día, tenían un par de trajes y con remiendos”
banner click 244 banner 244
Cruz Aguilar
Luis Bruñén es un apasionado de los trajes regionales y en su armario cuelgan ya una decena procedentes o inspirados en prendas de diferentes puntos del territorio aragonés. Estas confecciones fueron las que se utilizaron para el desfile realizado el pasado día 23 de abril en Calamocha. Además del pase de modelos, hubo una muestra de trajes regionales y también una exposición de fotografía de Carmelo Esteban con las formas de vestir de dientes puntos de la comunidad autónoma.

-¿Desde cuándo colecciona trajes regionales?

- Desde hace 15 años, empecé porque me gustaba mucho salir en la ofrenda, comprándome un traje y una faja y luego ya a buscar con anticuarios. Cada año voy poco a poco pillando algo.

-¿Cuántos trajes tiene ahora?

-Ocho o diez trajes, tampoco mucho más, lo que pasa es que puedes variar calzones con blusas y hacer diferentes combinaciones, también tengo de mujer, aunque siempre busco la inspiración para hombre.

-¿Tiene de diferentes zonas?

-Sí, tengo de Fraga, varios de Zaragoza, de la Ribagorza, también de la zona de Teruel.

-¿Hay diferencias entre los trajes de unas zonas y otras?

-Muchas, no hay un traje que defina el traje típico aragonés, no viste igual un hombre de Sallent de Gállego que otro de la huerta zaragozana. El de Zaragoza puede llevar un calzón normal, pero el de Huesca lleva pecheros de pelo, espalderas de cabra. Es sentido común, el clima y el tipo de trabajo que desempeñan cambia, como tampoco es lo mismo el traje de un alcalde que el de un agricultor. Hay prendas comunes como blusones, tocineras o calzones, pero otras son específicas, como el calzado, el zueco se usa en el Pirineo y albarca en la zona de Zaragoza.

-¿Había grandes diferencias entre las clases sociales?

-Sí, antes la gente utilizaba el traje hasta que ya no podían más, están llenos de pedazos de otras telas y remiendos, mientras que la gente que disponía de dinero podía cambiar de indumentaria más a menudo.

-¿Había distintos tipos de tela?

-Sí, los pudientes usaban más sedas y los que no podían, algodones, también variaban las fajas y mantones, la gente que no podía tiraba de lo que podía.

-¿Tenían un gran armario nuestros antepasados?

-De cambiarnos como hoy en día, nada, disponía de uno o dos trajes y con remiendos. Cambiaban la ropa interior, calzones y enaguas y poco más.

-¿Qué le resulta más gratificante, llevar prendas antiguas o diseñadas para usted?

-Me gusta llevar ropa antigua, pero hoy en día es muy difícil encontrar prendas que estén en buen estado, la mayoría tienen picadas, la polilla ha hecho mucho daño a la ropa, por eso muchas veces prefiero hacer una reproducción. Lo ideal es llevar lo antiguo, pero me gusta llevarlo en buenas condiciones. Hay mucha gente que compra antiguo para hacer reproducciones, para tomar modelo del patrón y las telas.

-Los cuerpos de antaño también eran distintos.

-Sí, las tallas han cambiado mucho, ahora los jóvenes son mucho mas altos, encuentras prendas muy chiquitinas que no te valen, aunque también hay ropas de hombres grandes y gruesos. Siempre es más fácil encontrar cosas de hombre que de mujer, antes el hombre viajaba más fuera de la provincia por temas de trabajo y de negocios, la mujer salía mucho menos de casa. El hombre salía y podría coger prendas de otros lugares y adaptarlas, como puede ser la gorra larga, que es una barretina de Cataluña que se lleva en la zona de Fraga y la Ribagorza, o los zaragüelles, una especie de calzón interior que llevaba también exterior en Valencia y en la huerta murciana y aquí se ha visto en la zona de Fraga.

-¿Se valoran estas prendas?

-La indumentaria cada vez se valora más, las tiendas informan, hay mucho documento y mucho libro y con las redes tienes más medios. Ahora cada año salen un par de libros. Antes sólo tenías lo que salía por la tele, películas como Nobleza Baturra, que inspiró muchos trajes, pero ahora tienes mucha documentación. De lo que más me fío es de lo que veo en las fotografías antiguas.

-Hubo varios modelos del Jiloca en el desfile. ¿Qué era lo típico de allí?

-Desfiló una mujer que llevaba unos refajos de lana gorda, porque antes hacía más frío que ahora, justillos y una toquilla de reproducción antigua. También salió un modelo masculino con una tocinera o gorrinera que, por el tema de la confección y la forma del canesú, la decoración, el experto Fernando Maneros me dijo que procedía de entre calamocha y San Martín. Llevaba un tapabocas, que era una especie de bufanda de 50 centímetros de anchura y metro y medio de largo que se usaba como bufanda.